Hoy te vamos a contar nuestra estancia en Praga con niños durante 3 días y 4 noches.
Praga es la capital de la República Checa y una de las más bellas de Europa, por eso teníamos muchas ganas de ir.
Habíamos visto muchas fotos y leído mucho sobre viajes a esta ciudad y en cuanto hemos juntado unos días nos hemos decidido.
Planificación del viaje.
Durante nuestras vacaciones en la playa nos planteamos la posibilidad de hacer un nuevo viaje.
Nos planteamos distintas opciones:
- Viaje a alguna ciudad europea
- Alquiler de autocaravana y viaje por España
Después de estudiar las distintas posibilidades y ver precios de las distintas opciones finalmente elegimos ir a Praga con niños.
Con el destino claro y las fechas también comenzamos a reservar tanto los vuelos como la estancia para nuestro viaje a Praga con niños, 3 días y 4 noches.
Vuelo a Praga.
El vuelo esta vez lo compramos a través de rumbo, no es nuestro buscador habitual pero fue en el que encontramos mejores precios.
Queríamos vuelos directos, elegimos salir un sábado por la tarde y regresar el miércoles por la mañana.
El precio de los billetes fue de 580,74€ volando con la aerolínea checa.
Alojamiento en Praga con niños.
La reserva del alojamiento la realizamos a través de booking.
Elegimos el hotel Ankora, nos gustó su ubicación, estaba cerca de una parada de metro y pasaban muchos tranvías por la zona.

Hotel Ankora
La habitación para los cuatro con desayuno incluido costó 464,40€.
Traslado aeropuerto-hotel.
Para el traslado del aeropuerto al hotel nos surgieron muchas dudas, sobre todo por nuestra mala experiencia en Londres.
A pesar de la buena comunicación entre el aeropuerto y el centro decidimos contratar servicio de traslado.
Elegimos civitatis, tienen muy buenas valoraciones y la verdad es que a nosotros nos ha encantado el servicio, sobre todo la puntualidad.
El precio es de 20€ por trayecto.
Parking.
Por último, realizamos la reserva para dejar el coche los días de viaje.
Reservamos el parking de siempre y el coste fue de 38,96€.
Con todo preparado lo único que falta es que llegue la fecha elegida para el viaje.
Viaje Madrid-Praga.
Nuestro vuelo es a las 15,20 y sale desde la T4 del aeropuerto Adolfo Suárez.
Madrid.
Dejamos nuestro vehículo en el parking alrededor de las 12,45 horas y aproximadamente a las 13 horas estábamos en la terminal.
No necesitamos facturar pues viajamos con equipaje de mano.
En el mismo aeropuerto hicimos el cambio de moneda, gran error el cambio no es nada bueno y en Praga tienes muchas casas de cambio oficiales donde las comisiones son mucho menores.
Una vez pasado el control de equipaje, buscamos un lugar donde comer.
Elegimos el McDonalds por entretener a los niños. No es una comida que les guste mucho pero el regalo del menú les encanta. El coste de la comida fue de 22€.

Esperando en la T4
A las 14,50 horas comenzó el embarque de nuestro vuelo. Al ir con los peques nos embarcaron los primeros y a las 15,00 ya estábamos en nuestros asientos.
Los peques antes del despegue ya se habían dormido y despertaron minutos antes del aterrizaje.
Praga.
Al salir a la terminal del aeropuerto en Praga esperamos unos minutos y localizamos al conductor de civitatis.
El traslado duró casi 1 hora pues había bastante tráfico.
Sobre las 19,30 llegamos a nuestro hotel e hicimos el check-in. Una vez que dejamos las maletas en la habitación, salimos a cenar.
Primera noche en Praga.
En Praga el horario de cenas es entre las 6,30 y las 20, aunque puedes encontrar sitios en los que la cocina cierra más tarde.
Nos fuimos a cenar a un restaurante que estaba a unos 800m del hotel y que habíamos visto que era muy recomendado por viajeros.
El restaurante es Pasta Kustra, las reseñas eran muy buenas y lo recomendaban como un buen sitio para comer pasta fresca y barato.

Pasta Krusta
A nosotros el restaurante no nos gustó mucho, pedimos tres platos de pasta para los 4 y las bebidas.
Los platos son bastante escasos y el precio de la cena fue de 620 coronas (24€ aprox).
Además el local no está pensado para ir con niños, es complicado subir la escalera con los peques y las bandejas y los taburetes son muy altos.
Después de la cena regresamos caminando al hotel. Aprovechamos para ver cual era la estación de metro y los tranvías que teníamos más próximos para así organizarnos el resto de los días.
Finalmente sobre las 22 horas nos fuimos a descansar al hotel.
Día 1 en Praga con niños.
Nos levantamos muy temprano, cerca de las 7 de la mañana y bajamos a desayunar.
A destacar lo abundante y variado del desayuno del hotel.
Alrededor de la 8,30 horas salimos del hotel. No llevamos itinerario programado, Praga no es muy grande y en tres días da tiempo para poder ver casi todo.
Lo primero que hicimos fue acercarnos a un quiosco de prensa para comprar nuestros billetes de transporte público.
Compramos el de 72 horas, el precio es de 310 coronas cada uno y los niños no pagan.
En este enlace puedes ver las distintas opciones para moverte por la ciudad.
Las 72 horas comienzan desde el primer viaje que hagas y valides el billete, a partir de ese momento ya no es necesario volver a validarlo aunque subas en otro transporte.
Con nuestro billete en la mano cogimos un tranvía en dirección al centro. Unas pocas paradas más allá decidimos bajar y caminar un poco por la orilla del río.
Mañana.
Lo primero que nos encontramos al bajar del tranvía fue una calle con unas figuras colgadas. Los enanos no salían de su asombro.

Figura colgada
Después de callejear llegamos a la orilla del río y nos acercamos a la Casa Danzante para poder verla de cerca.

Casa danzante
Caminando por la orilla del río, teníamos como vista el Puente de Carlos, lugar emblemático de esta ciudad.

Puente de Carlos
Llegamos caminando hasta el puente.
A pesar de la gran cantidad de gente que siempre hay en el puente, conseguimos atravesar pudiendo disfrutar de la vista de las distintas estatuas, así como de las vistas desde el puente.
Al llegar al otro lado del puente (Mala Strana) decidimos subir a la Torre de Judith para ver las vistas desde lo alto.
La entrada a la torre tiene un precio de 100 coronas por adulto, los niños pequeños no pagan.

Torre de Judith
Al bajar de la torre subimos andando hasta la zona el Castillo de Praga.
Al ser domingo había montado un mercadillo. Había puestos de artesanía, de regalos, de comida….

Artesano
Como había demasiada gente, decidimos dejar la visita al recinto del castillo para el día siguiente.
Descendimos y fuimos caminando buscando el funicular que te sube a la Torre de Petrín.

Torre de Petrín
Subimos en el funicular y después de hacer una cola de aproximadamente 40 minutos conseguimos subir a la torre en ascensor (con los niños pequeños es la mejor opción).
El precio de la entrada a la torre es de 210 coronas por adulto, los niños no pagan.
Desde lo alto de la torre hay unas vistas espectaculares de la ciudad, pero la verdad es que la parte superior no es muy grande y es un poco agobiante para los peques por la cantidad de gente que hay.

Vista desde Torre Petrín
Tarde.
Volvimos a coger el funicular y regresamos a la zona de Mala Strana con intención de comer.
En Praga se come temprano y a nosotros se nos había hecho un poco tarde.
El primer restaurante que encontramos era un mexicano, El Burrito Loco, y como a los peques les habíamos dado algo de comer en la zona del castillo, nos pareció buena idea.
La decisión no fue muy buena, no nos gustó mucho y el precio no se puede decir que fuera barato. La comida para dos y una bolsa de nachos para los niños costó 640 coronas.
Al terminar de comer cogimos de nuevo el tranvía y nos fuimos hacia la zona de la plaza del ayuntamiento y del reloj astronómico.

Reloj astronómico
Como era de esperar la zona del reloj estaba abarrotada y aunque está de obras todos queremos nuestras fotos.
Estuvimos dando un paseo por la zona y aprovechamos para que los peques merendaran.
Había que probar su dulce típico, trdelnik. El nombre es difícil casi tanto como lo rico que está.

Dulce típico
El precio de este dulce es de 60 coronas si no lo acompañas de nada. Se puede rellenar de helado, de salaldo o de nutella como fue nuestro caso. Según el relleno el precio cambia, a nosotros nos costó 70 coronas.
Cuando iban a dar las cinco volvimos al reloj para verlo funcionando.
La verdad es que es muy bonito y parece mentira que siga funcionando después de tantos años.
Al terminar de ver el reloj nos quedamos por la Plaza de la Ciudad Vieja. Estaba abarrotada, había mimos, orquestas y diversas atracciones.

Persiguiendo pompas
Cuando ya estábamos bastante cansados, después de todo el día pateando, decidimos coger un tranvía y hacer el recorrido desde la cabecera hasta el final. Tomamos el 17 que prácticamente recorre toda la ciudad.
Noche.
De vuelta al hotel cerca de las 20 horas paramos a cenar en una pizzería cercana.
El nombre del restaurante es Einstein Pizzeria , las pizzas son riquísimas y el precio muy recomendable. La cena de los cuatro costó 600 coronas.
Alrededor de la 21,30 regresamos al hotel para descansar.
Día 2 en Praga con niños.
De nuevo hemos madrugado bastante y sobre las 7,30 horas hemos ido a desayunar.
Después del desayuno salimos de nuevo a recorrer la ciudad.
Mañana.
Como el día anterior habíamos recorrido gran parte de la ciudad caminando, cogimos un tranvía que nos llevo de nuevo a Mala Strana.
Fuimos a ver el puente, pues siendo lunes y antes de las 9 de la mañana era de suponer que no habría mucha gente.
Volvimos a recorrer el puente y nos fuimos hacia la zona del castillo, esta vez elegimos subir por la zona de los jardines.
Llegamos a lo jardines y tuvimos que pasar un control, no hay que abonar nada, pero si te revisan las mochilas.

Jardines del Castillo
Paseamos por los jardines y salimos para acceder a la zona de la catedral. De nuevo tienes que pasar otro control.
A la Catedral de San Vito se puede acceder, ésto si tiene coste, al igual que a muchos de los edificios del conjunto monumental del Castillo de Praga.
Las colas para los accesos eran bastante largas y estuvimos paseando por la zona pero sin entrar a los distintos edificios.
Llegada la hora de comer regresamos hacia Mala Strana y comimos en un restaurante de comida checa.
El nombre del restaurante es Zlata Hvezda (Golden Star), pudimos comer platos típicos, como la sopa y el gulash.

Comida típica checa
El precio del menú completo es de 320 coronas.
Tarde.
Como siempre en nuestros viajes reservamos un rato para que los peques puedan jugar y descansar.
El día anterior cerca del funicular a Petrín habíamos visto un parque con columpios y nos fuimos a pasar allí un rato.
Dejamos que los peques jugaran durante una hora más o menos y volvimos a subir en el funicular.

Entrada al laberinto de espejos
La idea era darles una sorpresa y entrar con ellos al laberinto de espejos. El precio de la entrada es 90 coronas por adulto.

Reflejados en el espejo
Después de pasar un rato de risas y de tensión, para que los peques no tocaran los espejos, comenzamos a bajar hacia la ciudad.
Esta vez no fuimos en el funicular si no que fuimos dando un paseo por toda la zona ajardinada de Petrín.
Tomamos de nuevo el tranvía y fuimos de nuevo hacia la zona de la Plaza de la Ciudad Vieja.
Como este segundo día nos habíamos propuesto no cansar mucho a los peques regresamos sobre las 7 al hotel y descansamos un rato.
Noche.
Alrededor de las 8 salimos a cenar y como el tiempo se estaba estropeando y comenzaba a llover, cenamos en el restaurante más próximo al hotel.
El restaurante es italiano y se llama Pizza Coloseum , la relación calidad precio es extraordinaria. Cenamos fenomenal por un precio de 770 coronas.
Regresamos al hotel, ya que habíamos pensado hacer una ruta nocturna pero el tiempo no acompañaba.
Día 3 en Praga con niños.
Nos levantamos temprano y nos encontramos con una mañana lluviosa.
La previsión del tiempo daba lluvias hasta el mediodía, pero el tiempo tenemos claro que puede modificar planes pero no pararnos.
Bajamos a desayunar sin prisa y sobre las 9,30 horas nos pusimos los chubasqueros y nos fuimos de nuevo a patear la ciudad.
Mañana.
Tomamos un tranvía hasta el centro y sacamos los billetes para un paseo en barco.

Paseo en barco
El billete para el barco también incluía la entrada a un pequeño museo del Puente de Carlos. El precio por adulto es de 340 coronas, los niños pequeños tampoco pagan.
Hicimos el recorrido en barco de unos 90 minutos de duración y al terminar ya había dejado de llover.
Nos acercamos a ver un molino de agua que habíamos visto desde el barco.

Molino de agua
De nuevo cruzamos el puente con la intención de visitar el barrio judío. Habíamos leído bastante sobre el antiguo cementerio.
Al llegar la cola era interminable y con los niños no era posible esa espera tan larga.
Regresamos a la zona de Mala Strana con la intención de comer en el mismo restaurante del día anterior, la comida a los niños les había gustado mucho y nosotros pedimos platos de la carta.
La comida de los cuatro, sin pedir menú los adultos, costó 890 coronas.
Tarde.
Después de comer y como se había quedado una buena tarde, regresamos a la zona del reloj astronómico.
En la zona hay muchas tiendas y queríamos comprar un par de regalitos.
En el paseo vimos el Museo Madame Tussauds y entramos a visitarlo. El precio de la entrada para adultos es de 160 coronas.

Tarde en el museo
El museo es muy pequeño y no merece mucho la pena, no es tan bueno como el de otras ciudades (Amsterdam, Londres).
Para finalizar nuestra visita a Praga con niños nos dejamos la Plaza de Wenceslao.
Legamos hasta allí en tranvía. Estuvimos paseando un buen rato por la zona y de nuevo tomamos el tranvía para ir hacia el hotel.
Después de estos tres días ya estábamos todos un poco cansados, pero sobre todo los niños y como la noche anterior en el restaurante había un pequeño rincón para que ellos jugaran decidimos repetir.
Reservamos mesa para las 20 horas antes de ir al hotel a dejar la mochila con las compras que habíamos hecho.
Noche.
A las 20 horas fuimos a cenar puntualmente, de nuevo había comenzado a llover por lo tanto se nos trucó de nuevo la idea de ir al centro a ver la zona iluminada.
Regresamos al hotel para descansar y preparar las mochilas.
Viaje Praga-Madrid.
Nos levantamos bastante temprano para poder desayunar tranquilos.
Nuestro vuelo es a las 11,30 y teníamos solicitado el traslado al aeropuerto a las 8,30.
La verdad es que no es necesario tanto tiempo pero después de la experiencia en Londres no quisimos arriesgar.
A las 8,20 bajamos a hacer el check-out y ya estaba el conductor de civitatis esperándonos.
Alrededor de las 9,40 nos dejaba en el aeropuerto.
El aeropuerto de Praga no está muy preparado para ir con niños, recomiendo llevar juegos para entretenerlos y armarse de paciencia.
Nuestro vuelo se retrasó algo más de una hora por problemas técnicos y después de un cambio de puerta de embarque pudimos regresar a Madrid.
Como puedes ver en tres días nos ha dado tiempo a hacer bastantes cosas y otras se nos han quedado pendientes, por lo que posiblemente sea un destino a repetir cuando los peques sean algo más mayores.
Te dejo un pequeño vídeo resumen de nuestro viaje a Praga con niños.
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