El Parque Natural de las Arribes del Duero lo comparten las provincias de Salamanca y Zamora con Portugal.
Las Arribes es como se conoce en la zona salmantina. En la provincia de Zamora pasa a ser los Arribes. En la parte portuguesa es el Parque del Duero Internacional.

Las Arribes del Duero
Da igual como lo denominemos lo cierto es que las Arribes del Duero es un lugar para descubrir.
Nosotros no habíamos oído hablar de esta zona hasta hace menos de un mes. Nos enseñaron unas fotos y rápido supimos que el lugar merecía la pena.
Sin pensarlo nos pusimos a organizar una escapada de fin de semana.
Contactamos con Jorge, propietario de la casa rural La Judería de la Arribes. En unas pocas horas Jorge nos había dado presupuesto. Reservamos una habitación para los cuatro con medía pensión para dos días por 180€.
Además Jorge se encargaba de hacernos la reserva a uno de los reclamos de la zona, un crucero fluvial de 90 minutos de duración.
Con todo reservado lo único que nos faltaba era que llegara el fin de semana y comenzar una nueva aventura.
Las Arribes del Duero.
Llegamos a Vilvestre el viernes por la tarde y una vez que habíamos dejado las cosas en la habitación nos fuimos a dar un pequeño paseo por el pueblo.
Tanto en Vilvestre como en los pueblos de la zona reina una gran tranquilidad, es complicado incluso encontrarte con gente por las calles.
Sobre las 21,00 comienza el horario de cenas y decidimos cenar temprano pues para el día siguiente Jorge nos había enseñado bastantes lugares a los que merece la pena ir.
La cena fue muy buena, la cocina de la casa rural es totalmente casera y de muy buena calidad.
Después de la cena nos retiramos a descansar.
Descubriendo las Arribes
Día 1
Mañana
Una vez desayunados, nos lanzamos a la aventura de conocer las Arribes del Duero.
Siguiendo las indicaciones de Jorge, al primer mirador que nos acercamos fue al de la ermita de Vilvestre.

Vista desde la Ermita Virgen del Castillo
Al descubrir el paisaje de la zona ya tuvimos claro que el día nos iba a ir dando grandes sorpresas.
Desde Vilvestre nos dirigimos hacia Cerezal de Peñahorcada, es un pueblecito muy pequeño en el que nos llamo la atención su gran caño.

Caño de Cerezal de Peñahorcada
Nuestro siguiente destino fue el Mirador de la Code, situado en Mieza, es otro de los puntos desde los que puedes disfrutar de impresionantes vistas de las arribes del Duero.
Es accesible en coche y una vez que aparcas hay una pequeña ruta que es perfectamente accesible para los niños.

Vista desde el Mrador de la Code
Nuestro siguiente destino fue el Salto de Aldeadávila. Situado en la zona inferior de la presa de Aldeadávila.
No nos llamó mucho la atención y desde allí nos fuimos a Aldeadávila de la Ribera.

Monumento al cabreo, Aldeadávila
Nos acercamos a la oficina de turismo y nos recomendaron varias rutas accesibles para los niños. Casi todas coincidían con las que nos había indicado Jorge.
Al ser la hora de la comida buscamos un lugar para comer y acabamos por decidirnos por el restaurante el Paraiso.
La comida estaba exquisita y el precio muy razonable. Comimos los cuatro por 75€

Chuletón Restaurante el Paraiso
Tarde
Después de comer y siguiendo las recomendaciones continuamos ruta buscando nuevos miradores desde donde poder observar el paisaje de las arribes del Duero.
Nos dirigimos hasta el Mirador del Fraile, el camino está totalmente asfaltado y no tiene salida.

Vistas desde el Mirador del Fraile
Regresando hacia el pueblo podemos aparcar el coche y hacer una pequeña ruta hasta el Picón de Felipe.
La ruta no es muy larga y casi toda es accesible con niños, el último tramo de aproximadamente 200 metros no lo pudimos hacer con ellos.

Vista desde el Picón de Felipe
Para terminar el día nos acercamos hasta la Playa del Rostro. Aquí se encuentra el embarcadero para uno de los cruceros fluviales.

Embarcadero Playa del Rostro
Este crucero no fue el que hicimos pero si el que te recomendamos, ya que es por la parte alta de la presa y las vistas son mucho más espectaculares.
Terminamos la ruta en el Picón de Mariota, su acceso es por pista y dependiendo del vehículo que lleves puede ser complicado el acceso.

Vista desde picón de Mariota
Desde aquí regresamos a Vilvestre para cenar y descansar.
Día 2
Mañana
Nos levantamos temprano y a las 9,30 que es la hora a la que empieza el desayuno estábamos en el comedor.
Para la mañana de este día teníamos reservado el crucero fluvial. El embarcadero se encuentra a unos 4 km del pueblo y como hasta las 12 no es la salida del barco teníamos tiempo de sobra.
Nos acercamos a ver un antiguo molino de aceite que se encuentra bastante bien conservado.

Molino de aceite
Desde aquí nos fuimos área de la Barca dónde se encuentra el embarcadero.
Estuvimos un rato jugando con los niños por la zona recreativa, no está preparada para niños, son unas mesas para poder tomar algo y poco más.

Esperando el barco
Cuando apareció el barco a lo lejos la verdad que nos defraudó un poco. Era una embarcación cerrada con ventanas laterales desde las que los niños tampoco podían ver gran cosa.
Este crucero va por la parte baja de la presa y no tienes las vistas que se pueden ver en la zona alta.
Por eso nuestra recomendación es hacer el crucero de la parte alta.
La duración es de 90 minutos pero como lo iniciamos con retraso finalizamos cerca de las 14,00 horas.
Debido al retraso decidimos comer en Vilvestre antes de regresar a casa.
Como ya conocíamos la comida de la casa rural decidimos comer allí. La comida como siempre muy rica y muy bien de precio 44€ la comida de los cuatro.
Tarde
Una vez comidos iniciamos regreso a casa dando por finalizado nuestro fin de semana en las Arribes del Duero.
Nos vamos con muy buenas sensaciones pues es un lugar muy poco conocido y que ofrece muchas posibilidades.
Conclusión
Las Arribes del Duero es un destino poco conocido pero que merece la pena visitar.
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